Maron y su marido llevan casados tres años. Su marido es una persona amable y gentil que siempre se preocupa por su esposa. Sólo hay una cosa con la que Maron se siente insatisfecho: a menudo evita que la pareja haga el amor. No haber sido follada durante mucho tiempo hizo que el cuerpo de Maron se sintiera extremadamente incómodo. Al ver que su esposa se quejaba a menudo de que tenía los hombros rígidos, el marido le reservó proactivamente un servicio de masajes a domicilio. Esta masajista parecía muy hábil, el cuerpo de Maron rápidamente se sintió mejor. Pero también frecuentemente “accidentalmente” tocando los pechos y el coño de Maron. Al principio, fue solo un toque rápido por lo que ella no prestó atención, pero gradualmente, él comenzó a volverse más atrevido, dando toda su mano para masajear y tocar su coño. Aunque su boca se negaba continuamente, porque había pasado mucho tiempo desde que su marido la había follado, además el masaje también estimuló el deseo sexual largamente acumulado de Maron, los orgasmos seguían llegando, ¡haciéndola incapaz de soportarlo más! Aunque sabe que lo siente mucho por su marido, ahora sólo quiere disfrutar de la sensación de placer sexual, ¡una sensación que su marido, que la ama tanto, no puede darle! Observando tranquilamente a su esposa tener sexo con otra persona